2012/10/24

Bitácora personal. Día 10,555


Bitácora personal. Día 10,555
Por Liliana Cavazos

A las tres y media de la mañana salté de mi cama; con un ojo cerrado y el otro a medio abrir, no hubo dificultad, solo obedecí los comandos que una noche antes dejé en mi memoria con técnicas de programación neurolingüística.

Bajo el chorro de agua en la regadera recordé el itinerario del día y el punto medular de la agenda: a media mañana, yo tomaría un fusil de asalto y parapetada, dispararía. Nada extraordinario, un curso de militares para periodistas.

Un cumulonimbo se formó en mi corazón; recordé lo que se siente tener los ojos frente al cañón, la cara dura igual que la bala y un rezo piadoso al dedo que baila en el gatillo.

Esta ciudad y sus vicisitudes; aún con tiempo de sobra y no llegué. Mis manos están limpias, el rodizonato de sodio dará negativo, así será siempre, sin restos de plomo y bario en mis poros… quizá fue cosa del destino, quizá fue cosa de la ciudad, pero me convenzo de algo: estas manos no son para disparar.

. . . .

2012/10/22

AVISO DE OCASIÓN


Estimados lectores:

Este sitio participa en el I Concurso de blogs para fomentar la difusión del Español en la categoría de "Bitácora personal de difusión de la cultura".

El concurso es organizado por la Universidad de Alcalá, Google España y Madrid Network en colaboración con Monografías.com.

Si deseas otorgar tu voto a Cuatro Puntos Suspensivos, puedes hacerlo AQUÍ.


¡ G R A C I A S !
. . . .

2012/10/21

DOS AL HILO | Me quedo un viernes en la capital

Dos al hilo 

A veces me da por improvisar letras en el muro de Facebook y luego lo lamento porque quedan ocultas. Aquí dos breves textos que estaban extraviados en el tiempo. Pensé en publicarlos por separado, son temas diferentes, pero, hoy decidí que van en combo. Espero que los disfruten. Y siempre, mil gracias por leerme. 

Liliana Cavazos.
(La mujer que cree en orgasmos que son como auroras boreales, y en amaneceres que son como temblores.)

. . . .



Orgasmo violáceo 
(Enero de 2012)

Por: Liliana Cavazos 

De septiembre a marzo se padece de pasión a colores en el cielo nocturno del hemisferio norte... La "aurora polaris" se proyecta cuando la colisión de energía de partículas cargadas con protones y electrones chocan contra átomos y moléculas de oxígeno y nitrógeno.

La colisión se debe a que las partículas fueron atraídas por el campo magnético de la Tierra incidiendo en la atmósfera cerca de los polos.

El choque, excita los átomos a niveles tales que, cuando se des-excitan, devuelven la energía en forma de luz visible de varios colores.

Aurora boreal, retales pasionales, orgasmos violáceos, magentos y neones.
. . . .

Tiemblo
(20 de marzo de 2012)

Por: Liliana Cavazos

El inconsciente y el subconsciente estaban ahí conectados con la tierra mientras yo dormía; levantaron mi cuerpo de la cama, activaron mis pies descalzos.

El consiente llegó cuando yo cruzaba el marco de la puerta del departamento y fue ahí cuando me percaté que el suelo temblaba.

Entonces me dirigí a las escaleras buscando la salida del edificio; la fuente con oleaje, vecinos gritando, la banqueta inestable, los cables sacudiéndose.

Me detuve en medio de la calle Morelia; el sol en el asfalto pasó inadvertido a las plantas de mis pies; una menuda decena de personas junto a mi.

Yo estaba dormida ¿dónde están los despiertos?

A mi respuesta, la estampida de inquilinos del edificio Los Laureles se hizo presente. Tres minutos más y todo se movía, cada vez menos, de menos en menos. Y ya menos.

-Estoy bien.

. . . .

2012/10/16

Archivo ROJO | La realidad en el norte



La realidad en el norte
Por Liliana Cavazos

Estas líneas que a continuación voy a repetir no son mas que la pura realidad de lo que pasa en el norte de México. Para quienes somos originarios de esa zona no es ninguna sorpresa, lo comparto mas bien con quienes viven en otras regiones del país y del mundo.

Quizá como un mecanismo de defensa, mi gente ha tenido que adaptarse a este nuevo estilo de vida; quizá yo me acobardé y decidí migrar, por eso no me queda mas que admirarlos por el valor de salir cada día a esa jungla urbana en donde el principal depredador lleva plomo en la quijada.

Aquí estas citas textuales cien por ciento verídicas:

“Traían unas pistolonas, primero creí que eran tipo polis, pero iban en una camioneta blanca, y le pedía a Diosito todo poderoso que nos cuidara (…) y nos llevaron hasta al lado de la carretera pero un poco más lejos, tenía mucho miedo pero no tanto como antes, porque dijeron que eran del Golfo”.  Anónima allegada de entre 12 y 14 años quien por las circunstancias propias de los hechos se comunicó conmigo para contármelo.

“Agradezco a Dios que este cabrón huerco no jaló el gatillo sino otra historia”. Amigo, de entre 25 y 27 años quien recientemente fue asaltado y despojado de su Nextel.

Así lucía el Barrio Antiguo de Monterrey hace ocho años durante los festejos de Halloween. Ese sector era popular por el sinnúmero de antros y bares en donde vivía la vida nocturna.

“Me dijo bájate y camínale pa adelante sin detenerte, si volteas te mato”, amigo, camarógrafo y padre de familia quien una madrugada fue despojado de su carro cuando estaba a punto de llegar al trabajo.

“Nos llevaron a un lugar, salió uno con unas tablas, nos iban a matar”, exnovio y amigo.

“Fuimos a la procuraduría, y no tienen noticias”. Amigo de mi papá, quien desde hace dos años no sabe donde esta su hijo de 20.

“¡No mames!, ¡pinches ojetes!” un amigo de entre 24 y 26 años a quien encontré llorando de rabia (y de miedo, amigo se vale decirlo) afuera de Famsa Félix U. Gomez, porque tras encañonarlo y someterlo, le quitaron el carro. Rescató su Nextel, recordó que yo andaba en “uno” (reporteando en la madrugada) y me llamó.

En contraste, así lució el año pasado el Barrio Antiguo de Monterrey durante los festejos de Halloween. Debo ser honesta, esta analogía gráfica lo obtuve tras solicitarle al buscador de imágenes de Google "Barrio Antiguo, antes y después"; el resultado son miniaturas cuyos derechos pertenecen a Grupo Reforma. 


“¡Buey!, no mames, andan unos empistolados trepados en el techo”. Vía telefónica una amiga de mi edad, preguntándome si sabía lo que estaba pasando en la colonia Topochico porque había mucho movimiento. La realidad era, que en la casa contigua a donde ella vive, había una casa de seguridad disfrazada de taller mecánico en donde había secuestradores, armas, municiones y ocho microempresarios secuestrados y torturados.

¿Qué mas les cuento? De mi amigo camarógrafo a quien siete pistoleros encañonaron, de mi colega reportero quien junto con su chofer de taxi fue "levantado" y torturado, de un amigo que estaba noviando en un parque y ahí fue blanco de un secuestro exprés, de cómo una madrugada desperté a mi hermano menor para decirle que se escuchaban los balazos y que se quitara de la cama que da a la ventana, de cómo se murió la vida nocturna en Monterrey, de cómo se iluminan los ojos de mi gente cuando al visitarme en en el DF se dan cuenta como algo extraordinario de que la gente toma la noche como suya con rumba y fiesta.

¿Qué si estoy inventando estas historias? ¡Mierda, mierda, mierda y mil veces mierda!. Que pinche chingadera, que mierda de guerra.

2012/10/11

MANADA DE LOBOS | Me quedo un viernes en la capital


Manada de lobos
Dedicado a Walter, mi hermano.
Por: Liliana Cavazos

Rofus no era como los demás lobos; no era tan grande y fuerte como sus hermanos y por eso se sentía el más débil de la manada.

Una tarde después de dos días sin comer, los lobos cazaron una cría de alce… era muy pequeño, era poca carne. Los colmillos de los lobos se clavaron en la tibieza del cervato; Rofus apenas si alcanzó a arrancar un trozo de pierna cuando los demás le gruñeron.

La tristeza de mi lobo lo hizo aullar, sin luna y sin noche; entonces partió. Caminó en sentido contrario por los senderos donde siempre andaba la manada, y así, sin más y sin menos, solo protegido por su gris y abundante pelaje, se perdió entre las estepas.

Los soles pasaron, el frío se fue y volvió. “Rofus está muerto”, decretaban los demás lobos de la manada. Nadie podía creer que aquel pequeño y debilucho can fuera capaz de sobrevivir en la furia helada de la montaña, donde los alces ya no vivían, donde la noche se queda seis meses impidiendo que llegue el día.

La hambruna mataba poco a poco a los lobos cuando fueron sorprendidos por Vólto, el rey de la tundra, un oso blanco enorme y hambriento; de sus fauces voraces rugió una amenaza, se presumió bípedo y temible. 

Frente a Vólto, los hermanos de Rofus extendieron sus patas delanteras y bajaron la cabeza, sosteniendo la mirada en la alerta, los colmillos exhibidos, el gruñido puesto en el aire, el pelaje encrespado y la última batalla de la guerra a la sobrevivencia clavada en la conciencia, apretando el corazón.

Una milésima de segundo antes de que la manada saltara contra Vólto, un rayo gris tumbó al oso; era un enorme lobo, de torso grueso, de patas anchas, de quijada amplia, de salvajismo supremo. Era Rofus coronándose en la tundra, reclamando a su manada, reclamando el apetito de los suyos, reclamándose como el Alfa.

El perfume de Rofus aclaró toda confusión a sus hermanos; no era un extraño, era el de siempre, adiestrado ya un líder por la cátedra de la montaña, por las lecciones solitarias que deja en cualquier lobo la soledad cuando desde siempre, eres un lobo y entonces, eres de una manada.


*Gracias a Alma Ramírez por sus certeros apuntes que contribuyeron a la edición de este texto. De esas veces cuando un pato ayuda a un lobo.